ESTRATEGIAS PARA ESCOGER EL SEGMENTO OBJETIVO
La forma correcta de arrancar cualquier negocio es definiendo a quién vender el producto, es decir, definiendo el segmento objetivo al cual queremos ingresar. Para esto utilizamos la segmentación, que divide el amplio mercado de consumo en varios segmentos manejables con características comunes cada uno. Luego, seleccionamos los segmentos que se convertirán en nuestro segmento objetivo primario (a los que va directamente el producto) y aquellos que se convertirán en el segmento objetivo secundario (otros usuarios que podrían comprar, pueden ser uno o más).
Si notamos que el segmento primario al cual nos dirigimos tiene mucha competencia o en él se encuentra el líder, es mejor que optemos por escoger uno de los mercados secundarios o nos preparemos para competir explotando los puntos débiles que encontremos en el líder o los competidores.
Por ejemplo, si queremos vender productos de servicios que sabemos que los extranjeros los demandan, lo más conveniente seria segmentar nuestro mercado usando las variables geográficas (país, ciudad, etc.); luego podemos añadirles las variables demográficas (sexo, edad, estado civil, etc.)
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